1- Lo primero que tenemos que hacer es ver de qué tipo de fiesta se trata. No es lo mismo una fiesta infantil que una fiesta temática para adultos. Tampoco es lo mismo una despedida de soltera que una boda. Por este motivo, debemos determinar antes que cualquier otra cosa a qué tipo de evento nos enfrentamos.
2- Para no equivocarse en la elección de música de una fiesta, lo mejor es hacer un sondeo. Podemos ver la edad media de los invitados, así como sus posibles gustos musicales. En este caso, lo mejor es intentar que en el repertorio musical de una fiesta encontremos un poco de todo para así poder animar la fiesta y que todos lo pasen en grande.
3- Las fiestas temáticas suelen ser bastante interesantes, más si están relacionadas con alguna época concreta. Por ejemplo, una fiesta de los 80 no podría tener una banda sonora que no fuera los éxitos de esa época.
También podemos optar por fiestas temáticas en cuanto a géneros de música se refiere; así podemos optar por una fiesta pop o una fiesta de leyendas del Rock.
4- Aunque la opinión de los invitados es importante, no debemos olvidar que hay ciertos acontecimientos en los que los protagonistas son más bien los anfitriones. En estos casos, aunque queramos que nuestros invitados se lo pasen bien, tenemos licencia para poder incorporar el repertorio musical que más nos guste. Sin embargo, es importante hacer un balance. La regla cardinal al hacer un mix de fiesta genial, es que debes inclinarte más por las canciones que la mayoría de las personas reconocerán.
La mayoría de los mixes para fiestas pueden ir de dos formas: fuerte y divertido desde que empieza hasta que termina, o mezclado en una trayectoria. Hablando generalmente, se puede elegir la primer hora más o menos para que sea más tranquila, y planear un tiempo similar unas horas después. La música debe seguir siendo divertida, pero puede ir aumentando a canciones más enérgicas gradualmente.
No hay que olvidarse de armar una lista para cerrar. Sin importar cómo se elija musicalizar, hay que tener preparada una lista de música tranquila y relajante de más o menos una hora. Se puede poner esta música cuando termine la fiesta, para que los invitados comiencen a retirarse del evento.
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